Restaurantes low cost. Están para quedarse

No es lo mismo alimentarse que disfrutar de la comida, y en esta imagen podemos hacernos una pequeña idea de lo que separa una acción de la otra. Pero ambas existen y deben convivir pues ni todos los momentos son iguales, ni todas las personas pueden disfrutar de lo mismo, por desgracia.

Todo lo que aquí vemos, los tres platos más los dos bocadillitos y las dos jarras de cerveza costó ayer 8 euros. En total además hay siete salsas diferentes. Un precio imbatible en el centro de Madrid, junto a la Plaza Mayor. Y sentados en mesa.

Estos mismos platos, colocados en otro tipo de servicio, sin un ruido casi ensordecedor, con camarero que te sirva y sin tenerte que levantar para ir a buscar los platos cuando te llamen, en una mesa más amplia, puede costarte como poco 30 euros. Si vas a un restaurante de servilleta de tela puedes llegar a los 40 euros.

Cifras que los jóvenes y muchos maduros no siempre pueden pagar. Los restaurantes ya no son las sos lugares similares donde los precios de una cena varía poco, excepto si te vas a los de nombre y servicio más personal. Pero los restaurantes low cost han venido para quedarse.