Revuelto de acelgas, con tinto Pino Doncel de Jumilla

En el Mesón Los Toneles de Murcia entre otros platos de la cocina murciana nos han ofrecido uno muy simple y básico, que hemos solicitado precisamente por su sencillez. Un revuelto de acelgas. No es fácil lograr algo correcto con tan simples elementos. Acelgas cocidas y huevos. Y queríamos saber hasta donde eran capaces de lograr algo correcto con tan elementales productos.

Un revuelto necesita sobre todo buenos huevos revueltos y nunca batidos. Un huevo revuelto es un huevo roto al que se le dan dos vueltas con el tenedor antes de mezclarlo con sus elementos añadidos sobre la sartén ya caliente y no dejar que se cuaje en exceso. En este caso una simples acelgas cocidas con un ligero toque de pimienta blanca eran suficientes para realzar al huevo que debe tener un cierto protagonismo. No está en el plato para hacer de pegamento.

Lo hemos acompañado de un queso blanco a la plancha y una ración generosa de morro frito con limón.

Hemos solicitado un tinto de Jumilla con las acelgas, a gusto del camarero buscando un vino que me sorprendiera y me han ofrecido un Pino Doncel de 5 meses, cosecha de 2015, que sin duda me ha sorprendido muy gratamente, hasta llevarme a una interesante conversación con el camarero sobre los vinos de Jumilla que no son siempre bien conocidos fuera de su región de origen. Al revisar los premios obtenidos por este vino, uno detecta que no se ha equivocado con este vino tinto, capaz de levantar al Jumilla en bocas poco expertas, como la mía. No creo concer la uva Petit Verdot que le entrega un ligero sabor dulce al final, pero un dulzor con cuerpo, que le encaja muy bien a un tinto.