Cenas Jazz en el Hotel Ritz de Madrid

Conocidas por su calidad y entretenimiento, las cenas en el Hotel Ritz de Madrid tienen al menos nombre. Todos los miércoles de este verano 2013 ofrece las que llama “Cenas Noches de Jazz” con el siguiente menú.

Unos aperitivos del propio hotel para entrar en calor sobre la mesa.
Unos tacos de salmón marinado por ellos mismos, con unos golpes de fruta de la pasión junto a unas láminas de queso Ideazabal.
Un falso risotto de setas auténticas y de mercado, cubierto con un crujiento de parmesano.
Una pechuga de pularda acompañada de una confitura de brevas al vino tinto.
Para terminar con un cremoso de almendra y vainilla de Tahití con una salsa de frutas rojas.
En cada mesa de pareja se servirá una botella de champán del de verdad.

¿El precio?, pues por persona 112 euros. Pero hay música de jazz acompañando. Puede entrar a cenar desde las 8,30 horas para foráneos hasta pasadas las 11 de la noche para españoles trasnochadores. Y efectivamente no puedo decir si el servicio está acorde con el precio pagado o realizar una crítica de los servido, pues uno es de bolsillo ajustado y no puede permitirse estos dispendios, aunque le encantaría poderles contar qué tal son estas cenas. Si usted ha estado, no lo dude, díganoslo, aunque sea a costa de tener un poco de envidia.

Cenas simpáticas para las noches de verano

Es temporada de noches al viento, de veladas nocturnas alrededor de buenos platos. Barbacoas con chorizos y morcillas, pancetas o ternasco, patatas asadas con cebollas o unas sardinas, pueden ser un complemento a buenos vinos y ensaladas de tomate bien colorado.

Pero también podemos terminar el día con asados de paletillas o con platos algo más extraños como los fáciles cous cous en frío tipo ensalada (tabulés), unos platos de pinchos de la casa con color y frescura, unos quesos potentes que sorprendan y de diferentes zonas o unos ahumados envueltos en distintas presentaciones. Sin olvidar que unos tacos de bonito en conserva con pimientos del piquillo pasados por la sartén junto a unas láminas de cebolla están de muerte. Si presentamos unas pollos o perdices o codornices o conejo en escabeche también quedaremos bien, incluso con una migas a la pastora o si tienes más arrestos una paella como los “guiris” con sangría y todo. Eso si, haz una paella como dios manda y una sangría de verdad pero dando la oportunidad a quien tenga más estómago exigente de que beba un buen vino blando del Somontano.

En estas cenas lo importante son las compañías, los amigos y las conversaciones. Incluso la música y la luz de las velas. Y terminar con cava bien fresco es una opción lógica. Disfrutar.

Cómo se come el rambután fresco y la venenosidad de su semilla

El rambután es un árbol tropical sobre todo de la zona del sur de Asia y parecido al lichi, de hecho en algunas zonas se le conoce como el lichi peludo, y que desde hace décadas se cultiva también en zonas de Hispanoamérica.

Lo más habitual es tomarlo en conserva  envasado en latas, como una fruta de postre que sobre todo se ofrece en restaurantes chinos. Pero también se puede consumir fresco pues ya se vende en algunos mercados importantes de España o en tiendas de frutas que se traen desde América.

Si nos fijamos, cuando lo consumimos enlatado siempre nos sirven la fruta pelada pues su funda exterior está llena de unos pelos gruesos casi leñosos y también sin la semilla interna. 

En este caso es porque la semilla es ligeramente venenosa si no la expulsamos una vez consumida la carne. Por eso siempre hay que tomarse solo la pulpa del fruto. Su sabor y textura es parecida al de una uva pelada, ligeramente dulce, meloso y muy agradable en boca.

Para tomarlos en fresco hay que quitarles la parte exterior que los recubre cortando con un cuchillo la zona de donde se ha arrancado del árbol y se hace una incisión longitudinal para luego sacar el fruto en un acto como de exprimir el rambután. Se puede meter en boca todo el interior y tirar la semilla, sin comerla. No es tan peligrosa como para no poderla meter en la boca.

Menús del Restaurante de Barcelona ABaC

El cocinero Jordi Cruz, con cuatro estrellas Michelín en su haber, elegido “Chef del futuro 2013” por la Academia francesa de gastronomía y uno de los miembros del jurado del programa de televisión MasterChef, regenta la cocina del restaurante barcelonés ABaC en el que tiene 2 estrellas Michelín. 

¿Pero qué tipo de menús se dan en un restaurante de 2 estrellas Michelín? ¿y el precio de estos menús? ¿qué tipo de platos han logrado aupar hasta esta posición a un cocineo como Jordi Cruz?

Os dejo el Menú ABaC y el Gran Menú ABaC. Ahora nos toca deleitarnos e intentar copiar


Bocadillos de diseño, contra la comida rápida moderna

Los bocadillos españoles son un plato rápido que empleamos poco en nuestra gastronomía, tapados por la clásica comida rápida de inspiración americana, por los sándwich o por los más modernos servicios de tapas de la excelente cocina española.

Pero hasta hace un par de décadas era muy habitual el bocadillo como plato rápido en bares e incluso pequeños restaurantes españoles.

El clásico bocadillo de tortilla de patata con pimientos o no, picantes o no, con anchoas o sin anchoas. El de jamón con o sin queso. El de atún con cebolla pochada. El de diversas tortillas, bien de chorizo, champiñones, atún o espárragos. El clásico bocadillo de calamares picantes o no pero con un toque de salsa mayonesa. El de pechuga de pollo o el pepito de lomo o ternera. Y el de un buen jamón sobre una cama de tomate natural. Son ejemplos simples que se podrían renovar.

Hoy sería más lógico acudir a los mini bocadillos. Pequeños panecillos abiertos con unos componentes jugosos o con el añadido de alguna salsa que los realce. Fríos o calientes, de paté, de carne picada suelta con algún añadido, de tiras de pollo asado con pimientos del piquillo, de tortilla y aguacate, de ensalada César, de salmón ahumado con eneldo y unas gotas de aceite de oliva, de jamón cocido y queso fundido al grill, de sobrasada con miel, de caballa con pimientos verdes o de calamares en salsa americana.

Ensaladilla rusa de Rusia, la Olivié. Receta más tradicional

Sí, en Rusia se toma la ensaladilla rusa aunque ellos la llaman Ensalada Olivié, como un plato tradicional sobre todo en la época de Año Nuevo, en el invierno que es cuando más sencillo resulta tener los ingredientes básicos de este plato de la cocina rusa.

Ponemos a hervir 4 patatas medianas con 2 zanahorias y 4 huevos y un poco de sal. Una vez cocidos y enfriados los cortamos en cubos pequeños, como dados. Añadimos una cebolla pequeña cortada fina, media docena de pepinillos medianos y dos pechugas de pollo previamente hervida en otra agua distinta a la de las verduras junto a dos puñados de guisantes frescos.

Mezclamos al final todo junto a un golpe de sal para rectificar, algo de pimienta blanca molida, eneldo y salsa mayonesa a gusto. Unos prefieren poca salsa mayonesa y otras personas más salsa. Se pueden añadir también unas aceitunas verdes picadas y sustituir el pollo por gambas cocidas o por unos filetes de pescado cocido y desmigado.