La ONU recomienda comer insectos. Nuestra gastronomía tiene parecidosejemplos

Ahora la ONU nos anima a comer insectos, a todos, a los españoles también que ya estamos acostumbrados a comer caracoles, criadillas, mejillones, percebes y berberechos. No hay problema. Todavía no hemos inventado la paella de cucarachas o de moscas aladas, pero unas patas de rana bien fritas tras pasarlas por harina están deliciosas. Durante muchos años hemos comido patas de pollo, las escarbaderas las llamábamos en mi casa, y el tétano del interior del hueso de jamón es una delicia maravillosa. Todos o casi nos comemos los sesos de cordero si son cocidos y luego rebozados, pero yo me acostumbré de niño a comerme los sesos de los pollos, de los conejos y de las cabezas de pescado.

De las cabezas de pescado, con perdón, me como los sesos y los ojos, son cosas de aquellos años duros, pero puedo asegurar que es un capricho que mantengo. Eso si, de cabezas grandes tipo merluza o similares. 

De los caracoles he comido de varias clases y de diversas formas. Los últimos sin limpiar y directamente sobre una teja puesta al fuego de una hoguera de leña con sal. No son mis preferidos pero tocaron así. Yo los prefiero limpios, bien sacados y cocidos con tomate y picadito de jamón pero algo picante. Tanto caracoles como caracolillas blancas de las pequeñas, de esas que sirven por Jaén y Córdoba cocidas y servidas en un vaso. La ONU no nos asusta con los insectos, pues buenos somos en España.