Morcilla aragonesa acompañada de color

Hay muchos alimentos que nos indican claramente que España es plural y bien distinta, y la gastronomía nos ofrece muestras que además de hacernos disfrutar nos enriquecen el mercado y las posibilidades. 

Somos un país de muchos sabores, de gran calidad en nuestros productos gastronómicos, de muy diversas presentaciones en las muy diferentes cocinas españolas.

Una morcilla de Jaén, de Extremadura, de Burgos, de Soria o de Aragón son 5 productos bien distintos. Sin cinco sabores diferentes.

Presento aquí arriba una morcilla salada (no dulce mejor dicho) de Aragón, con arroz y avellana. Pero sirve otra morcilla de arroz, como la excelente de Burgos o de ciertas zonas de Soria. Que no sea dulce ni de cebolla, porque para ellas dejamos otras forma de presentación.

Simplemente frita (si se hace sin piel no se abrirá) y servida con unos pimientos del piquillo sofritos con unas láminas de ajo o no, y un poco de confitura de cebolla para contrastar.

No dejen de comprar morcillas cuando viajan; en cada pueblo, en cada país de esta España maravillosa, tienen morcillas con personalidad propia.

Para beber, un tinto joven Rioja, un Somontano de Crianza o un rosado de Borja pueden ser más que suficientes.